Reto semanal entregable del módulo 2: ¡Hagamos historia!

Defendiendo la igualdad en el siglo XV

Christine de Pizan

Tras enviudar, y con tres hijos a su cargo, esta mujer de letras vivió́ de su pluma y se hizo famosa por su reivindicación del saber y la dignidad de las mujeres mucho antes de la llegada de los masivos movimientos feministas de siglos posteriores.

Situémonos en la Francia del siglo XV, allí una mujer toma su pluma en defensa de su sexo para defender ideas como que no era natural la inferioridad femenina y que si a las niñas se les diese una educación igual a la de los niños aprenderían y entenderían las sutilezas y dificultades de todas las artes y también las ciencias como los hombres. Por lo tanto en su opinión la inferioridad femenina en realidad no era natural, sino cultural.

Su padre, Tommaso da Pizarro originario de Bolonia, fue médico,  astrólogo y reconocido como estudioso y hombre sabio fue invitado a prestar sus servicios a dos monarcas europeos: Carlos V de Francia y Luis el Grande rey de Hungría. En la corte del rey Carlos V Tommaso dio educación no solo a sus hijos varones sino también a su hija Christine que además de aprender a leer y escribir recibió lecciones de historia, filosofía y medicina.

Al llegar a los 25 años quedó viuda con tres hijos y una madre a los que cuidar. Los problemas económicos la sumieron en una situación casi desesperada. "Tuve que convertirme en un hombre", escribió́ sobre su obligación de mantener a sus hijos y a su madre. Al poco tiempo se hizo cargo de un taller de escritura. Envió baladas y sonetos a todos los personajes influyentes de la época y sus textos le depararon jugosas recompensas por parte de sus patronos y se convirtieron pronto en su único sustento.

Mantuvo una gran disputa con los principales intelectuales de París, que defendían el Romance de la rosa (Jan Meung), autor muy misógino, y ella lo atacó. Toda la correspondencia que había mantenido en esta disputa se la mandó a la reina de Francia y después escribió La ciudad de las damas (1405), quizá su obra más conocida. En ella  creó una ciudad ficticia regida por Razón, Rectitud y Justicia, y habitada sólo por mujeres que con su comportamiento, su fe o su saber habían contribuido significativamente al desarrollo y crecimiento de la sociedad. "No todos los hombres (sobre todo los más inteligentes) comparten la opinión de que es malo educar a las mujeres. Pero es cierto que muchos hombres estúpidos lo afirman, ya que no les gusta que las mujeres sepan más que ellos", sostenía.

 

ÚLTIMOS AÑOS

Escribió sin interrupción durante años, a menudo sobre el recuerdo de la juventud perdida y sobre la situación de las viudas. Escribió un poema sobre Juana de Arco, siendo este texto el único escrito mientras Juana vivía. “El sol volvió a brillar”, escribió con la irrupción de Juana de Arco en 1429. Christine falleció al año siguiente.

 

Christine de Pizan, no sólo fue la primera escritora feminista sino que para muchos estudiosos, también fue «la primera escritora» profesional, ya que la autora veneciana mantuvo con su escritura a su madre, hermanos e hijos en pleno siglo XV.

 

“Que no se me impute como locura, arrogancia o presunción al hecho de atreverme yo, una mujer, a responder y contradecir a un autor tan sutil (Jan Meung) cuando él, un hombre solo, se ha atrevido a difamar y a reprochar sin excepción a todo un sexo”

“No hay que quedarse agazapada en un rincón como un perrillo, instruiros y empuñad la pluma”

 

Christine de Pizan, (1364-1430)